lunes, 26 de octubre de 2009

La Reina del deporte


Esta pasada semana y con motivo de los premios Príncipe de Asturias nos visitó la atleta rusa Yelena Isinbayeva. Es justo reconocer su tesón y afán de superación puesto que esta mujer de 27 años ha batido 28 veces el record del mundo de salto con pértiga, su especialidad. 16 veces al aire libre y 12 en pista cubierta. Imbatible podría ser su segundo nombre. Me gustaría también indicar que ya estuvo nominada a los Premios príncipe de Asturias en 2005 cuando tan caseramente el premiado fué Fernando Alonso, hecho que a mi manera de ver no hace más que restar prestigio a dichos premios. Dejando esto de lado, la atleta rusa visitó el jueves avilés para un acto en el cual hizo promoción del deporte en general ante multitud de niños y no tan niños en Avilés. Dos horas de espera por la pérdida de un avión no empañaron la fiesta y la atleta fué recibida con una ovación que a poco estuvo de hacerle brotar las lágrimas. La rusa hizo gala de un gran sentido del humor y simpatía y participó en el show siempre con una sonrisa. Acompañada del ex-boxeador olímpico Dacal enseñó a los niños como realizar una sesión de calentamiento al ritmo de Paquito el Chocolatero, le enseño al citado medallista olimpico avilesino la técnica correcta para utilizar la pértiga(aunque según el speaker Dacal la utilizaba para picar al timbre del autobús aludiendo en tono jocoso a su altura), se sacó fotos y firmó autografos con todos aquellos que así lo quisieron y dejó su firma en un poster diciendo al estilo de Ian Fleming "Desde Russia con amor. Gracias. Yelena".





No fué solo esa la firma que dejó en Avilés, dejó también muestra de humildad y de que no sólo se merece el premio por sus méritos deportivos sino también por su ejemplo.

Si anteriormente ya me parecía merecedora de respeto y admiración, ahora mucho más.

Gracias a ti Yelena.

miércoles, 12 de agosto de 2009

Bienvenida

Esta primera entrada la dedicaré única y exclusivamente a justificar el nacimiento de este Blog y narraré brevemente las vicisitudes del alumbramiento.

El nombre del blog fué una ocurrencia con tintes de nocturnidad y alevosía de mi amigo Javitxu, al cual le había comentado la posibilidad de crear esta nueva fuente de comunicación. Me pareció idóneo porque además de tener un cierto tono jocoso se corresponde mucho con mis características como interlocutor, como pronto percibireis :D

La primera duda seria fué el identificarme como interlocutor. Muchas veces el ser una persona anónima permite licencias que de otro modo sería complicado tomarse, aunque finalmente y haciendo gala de un sentido ético que parece ser ha nacido en mi persona, decidí que mi nick figure como autor de "laparrafada".

No me preocupa lo más mínimo que sea de dominio público mi tendencia política, ni mi pensamiento ni nada de eso, sino que el anonimato concede también la libertad de olvidar las presunciones que se pueden desatar con una persona cuya identidad se reconoce. Es un poco la diferencia que existe entre vivir en una ciudad grande, por momentos tremendamente alienante, y el vivir en una ciudad pequeña en la que cada vez que una actitud no es todo lo convencionalmente "normal", te ves juzgado por los inquisidora moralidad de los conciudadanos. Esto ha venido a destapar una primera cuestión. ¿Qué es la normalidad? En mi opinión el término normalidad es utilizado muy, muy, a la ligera a la hora de tertuliar sobre cuestiones, ya sean mundanas o no tanto. Podría decirse que al uso popular es normal aquello que se repite con una frecuencia que nos hace verlo como aceptado socialmente.

Según el diccionario de la RAE "Normal" es:

1.
adj. Dicho de una cosa: Que se halla en su estado natural.

2. adj. Que sirve de norma o regla.

3. adj. Dicho de una cosa: Que, por su naturaleza, forma o magnitud, se ajusta a ciertas normas fijadas de antemano.



Posteriormente durante mi época de estudiante oí una definición de "Normalidad" bien matizada y distinta de la de su uso común a la que suelo apelar con frecuencia. Aquella definición, que en su día tanto me gustó, decía que algo "científicamente normal" es aquello que se repite en el 96% de los casos analizados, lo cual nos deja una acepción de normalidad mucho más restrictiva del uso social.

Véase por tanto que la comunidad científica no se deja llevar por la definición generalista y que nos indica que la normalidad es en si un hecho mucho más dificultoso de hallar de lo que solemos considerar.

Además de todo lo indicado, debo decir que no se a que fin está tan valorado entrar dentro de esos cánones de normalidad, con lo que a mi me gusta ser peculiar. Como dicen las identity cards... Personal e intransferible.

Pronto más, y sin duda... mejor!!!!